martes, 15 de junio de 2010

EN LA MICRO CARRASCAL

Cuando fui a la capital y yo aún era un pequeño,
ver cantores era un sueño
en la micro Carrascal.

1
Desde Cauquenes viajaba
a ver un especialista
un famoso ortodoncista
que con mis dientes luchaba.
Por la ventana miraba
nada en Santiago era igual,
que mi provincia natal
tantas micros coloridas,
entre calles extendidas
cuando fui a la capital.


2
De repente muy veloz
subió a cantar con guitarra
un tipo con gracia y garra
pelo largo y buena voz,
y “Solo le pido a Dios”
largó sin fruncir el ceño,
con talento y con empeño
nos quedamos asombrados
con los pelos erizados
y yo aún era un pequeño.

3
Yo tenía trece años
en tiempos de Pinochet
como no había Internet
éramos todos huraños.
Despertando aquel rebaño
los artistas eran leño,
de censura y de desdeño
la micro les daba espacio,
con voz fuerte y no despacio
ver cantores era un sueño.

4
Yo le dije a un buen amigo
toma una fotografía
del cantor en aquel día
veamos si lo consigo
y que aparezca conmigo
pero el cantor pensó mal:
“un encubierto oficial!”
salió corriendo aterrado,
quedamos desconcertados
en la micro Carrascal.



Despedida
Jamás conocí su nombre
nunca cobró sus monedas
se perdió por la Alameda
despavorido aquel hombre,
tal vez alguien ya se asombre
en tiempos de Transantiago,
con este recuerdo vago
surcando tiempo y paisaje,
hoy comparto mi homenaje
con sinceridad y halago.



Cantor Sureñoi
Hugo Alberto Harrison Canales

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