martes, 15 de junio de 2010

CON “V” DE VIOLETA

Mi historia sucede un día viernes de diciembre del año dos mil. Yo viajaba del centro hacia Mapocho, por la calle Banderas. Observaba a la gente correr de un lado hacia otro, haciendo las compras de navidad, bajo el calor atestado de diciembre. En ese momento, sube a la micro una muchacha muy linda con una guitarra y comenzó a interpretar a Violeta Parra. Cantaba excelente y con mucha pasión, en tanto la micro avanzaba muy lento por Bandera.

A la altura de Plaza de Armas, ella terminó de cantar y se disponía a pedir su habitual propina, pero la micro se había atestado de gente y yo, entre empuje y empuje había llegado a su lado, muy cerca de ella. La escuche murmurar -va a ser imposible pasar - , la miré y le ofrecí tener su guitarra mientras pasaba por los asientos de los pasajeros pidiendo la habitual cooperación. Ella me observo por un instante y accedió. En un abrir y cerrar de ojos se perdió entre la muchedumbre existente en la micro. En ese momento, sentí que me tomaban por el hombro. Era un tipo con corte militar, ropa de calle y me preguntaba muy enojado, "Ya, ¿dónde está el otro que estaba cantando contigo?”. Yo lo mire, le dije que no entendía y le trataba de explicar. En eso, llega otro tipo de similares características y le dice al que me tenía tomado. "Se escapo el otro mi teniente”. Me bajaron arrastrando de la micro, mientras yo les decía que no tenía nada que ver. Me esposaron, sin escucharme y me dijeron " No sabí vo weon que esta prohibido el espectáculo público”.
Me llevaron a la Primera Comisaría de Santiago, se llevaron la guitarra, me quitaron los cordones, documentos y todo lo que llevaba en los bolsillos.
Me tuvieron alrededor de ocho horas detenido. Cuando me llamaron para soltarme, me devolvieron todas mis cosas, inclusive la guitarra y un parte. Me dijeron, " Ya, te podí ir. Afuera te esta esperando tu polola ". Me extrañe, ya que no había llamado a nadie.

Cuando salí, estaba ella, la niña de la micro. Me dio un abrazo y se disculpó por haberme dejado solo por que le había dado mucho miedo. También me tenía un sándwich y una bebida. Nos fuimos caminando hacia la
Alameda y nos despedimos.
Bueno, esa es mi historia, que me ocurrió hace nueve años. Estoy terminándola aquí en mi cama. A mi lado, mi mujer me observa pacientemente y sonríe, ya que sabe que la historia que acabo de escribir es sobre ella. Sobre Victoria con "V" de Violeta.


Oiciruam
Mauricio Morales

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