martes, 15 de junio de 2010

EL CHOQUE

Les pasó a Luis y a León,
los del canto popular,
que hicieron de su cantar
arte, placer, religión
en esta nuestra nación
de encantos y sinsabores
donde no faltan dolores
y no sobra diversión.
Y ahora a la narración
Que es tema de payadores.

En una riña de gallos
de los que cantan bendito
ocurrió un día bonito
en un miércoles de mayo
si de memoria no fallo
en el tablao e´la micro
Se marcaría aquel hito
que se guarda en mi memoria
como inolvidable historia
que arranca a mi pecho un grito.

Entre obreros con marmitas
y mujeres agobiadas
con personas trasnochadas
con colegialas bonitas
y guagua con sus mamitas,
el León y Luis Campaña
Comenzaban la mañana
Anunciando nuevos versos
en aquel raro universo
de gente sacrificada.

En el caballo sin riendas
que cruzaba San Francisco
en medio de mucho brinco
sacaron brillo a las cuerdas
y al ingenio en la contienda.
Con gran creatividad,
además de habilidad,
hechos de la vida diaria
que dan tragedia y dan talla
se pusieron a payar.

Mirando a todo el obrero
que dormitaba en la micro
sacaron el improviso
como el mago de un sombrero
sin pensar en el dinero.
sin solicitar permiso.
Porque Dios así lo quiso
que el hombre naciera libre
para correr como un tigre
bajo el sol, nieve o granizo.

Al toque de madrugada
-así recitaba el Lucho
qu´en el versar era ducho-
se abandona la morada
para empezar la jornada
sin esperar que sea mucho
ni menos que sea justo
el salario recibido
por el sudor exprimido
¡Vaya qué triste el asunto!

A pesar de tanto cambio
y tanta modernidad
el agobio sigue igual
no se moleste en dudarlo
porque basta con mirarlo
que en el reparto de bienes
son bien pocos los que tienen
y muchos, apenas pan,
sin que pueda mejorar
el panorama de siempre.

Afirman los dos por turno
que al lomo de la ciudad
le crecen púas demás
con dirección a Saturno
y el pobre anda dando tumbos
en calles de población
donde falta educación
también oportunidad
para poder progresar
y cambiar la condición.

El canto se hace potente
y haría estallar la micro
si no fuera porque al filo
de una verdad tan potente
se va durmiendo la gente
en pos de la realidad
donde el sueño sea verdad
y el ambiente una mentira
que quita gusto a la vida
y aniquila el esperar.

Tal vez la razón del choque
fue que el chofer al soñar
le puso velocidad
en un viaje hacia la noche
cansado de tanto boche
y del canto popular
que no hay engaño al hablar
de las cosas que entristecen
y en ensoñación se mece
toda justicia social.


Campaña y León se van
volando para los cielos
cantando a los pasajeros
que los han de acompañar
¿Sabrá Dios adónde van
a comer sus colaciones
mientras rezos y perdones
por ellos la tierra clama?
Así termina sin fama
La vida de dos cantores.

Elvira Blanca Graciela
María Patricia Calderón Urzúa

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